Comportamiento y personalidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2001) estableció como determinantes del envejecimiento los factores comportamentales o estilos de vida, así como otras condiciones personales, entre las que destacan:
El funcionamiento intelectual
La capacidad de aprender, entender, razonar y tomar decisiones, el tiempo de reacción en el procesamiento de la información, la adaptación a nuevas situaciones y la resolución de problemas.
El afecto positivo
Nuestra satisfacción con la vida, la ausencia de emociones negativas y ser optimistas.
Una personalidad extravertida
La tenacidad y la estabilidad emocional.
Estos factores
influyen en gran medida
en el alcance de
una mayor longevidad
en mejores condiciones
Las ganas de vivir como expresión del bienestar de las personas mayores.
El grupo de estudio de adultos mayores con elevadas ganas de vivir se caracteriza por tener mayores niveles de optimismo, gratitud, resiliencia, afecto positivo, sentido de la vida, prosperidad psicológica, felicidad y satisfacción con la vida y menores niveles de depresión y autopercepción del envejecimiento negativa. Las implicaciones de estos resultados apuntan hacia la relevancia de las ganas de vivir en el envejecimiento con éxito.
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